LO SIENTO

Yo no siento que haga nada malo acostándome con mi novia. Yo no siento que haga nada malo defraudando a hacienda. Yo no siento que haga nada malo despreciando al que me ha hecho daño? Siento que tanta gente lo sienta.

Creo que en ocasiones estamos convirtiendo el catolicismo en la religión de la sensiblería. En esta Misa, con estos cantos y luces sí que vas a sentir a Dios. Haz tal retiro donde vas a sentir que Dios te ama. Tal predicador sí que te va a hacer sentir a Dios? ¡Venga oleadas de sentimientos! Y el sentimiento siempre es de gustirrinín, ¡Qué bien se está aquí! Todo es super mega guay. Un testimonio personal (que me repatean mucho), este año ha sido complicado de salud, en una semana me quitarán los tornillos y placas del húmero que no me dejan aún mover bien el brazo?, y muchos días celebrando Misa lo que sentía era dolor, hastío, cansancio, deseaba acabar pues el dolor era intenso?, pero tenía que celebrar la Misa. No es nada excepcional, creo que con los años se dará más?, pero muchas veces se celebra la Misa tremendamente enamorado y tremendamente cansado y dolorido, no por sentimiento gozoso y de plenitud.

«Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio».

Pero yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.

Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la ?gehenna?.

Podríamos hablar del matrimonio, pero prefiero hablar de ese matrimonio espiritual que es la unión del alma con Dios. De la Iglesia con Dios. Este mundo está redimido por Cristo, pero vive herido hasta la unión con Él. Y podemos buscar consuelos en lo gozoso, lo estupendo, lo alegre, la fiesta , el baile y la piruleta, pero como hoy nos recuerda San Pablo: Llevamos el tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.

Atribulados en todo, más no aplastados; apurados, mas no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, mas no aniquilados, llevando siempre y en todas partes en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.

Pues mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De este modo la muerte actúa en nosotros, y la vida en vosotros.

El que mira a una mujer deseándola busca unos consuelos, el que busca consuelo en su ojo o en su mano se olvida que, a pesar de los pesares actuales, nuestro consuelo es Dios y nosotros simples vasijas de barro, que podemos llenar de Cristo o de mis sentimientos. La tumba y la resurrección, el Tabor y el Gólgota, son realidades, no sentimientos. Como te dejes llevar sólo por los sentimientos, sin aceptar al que es la Verdad, tu corazón estará enfermo, a merced de las olas y pensando ¡Señor, Señor, que perecemos!

Lo siento, la vida es dura. Y el Señor es nuestro consuelo, no desde el sofá sino desde la cruz y desde allí a la Vida.

Hoy es San Antonio. Estoy enfadado con él, hace un año que perdí la cartera y no la he encontrado, pero celebraré la Misa de su memoria no porque me encuentre el carné de conducir, sino para que me ayude a encontrarme con Cristo.

María se alegra en Dios su salvador, lo podría decir igual al pie de la cruz, no es su sentimiento, es su esencia.